jueves, 17 de abril de 2014

CLÍNICA DEL BEBÉ





Actualmente la odontología debe ser abordada desde el recién nacido, puesto que su boca presenta manifestaciones estructurales propias para su edad1  o alteraciones a veces no descritas en la literatura, bien sea por trastornos propios y otras por reflejo de patologías generales2, características que en ocasiones pasan desapercibidas por la mayoría de los profesionales de la salud.
Correa, Villena y Frascino(3) enfatizan la importancia del conocimiento de las características  de la cavidad bucal del recién nacido, para poder detectarlas clínicamente, puesto que son frecuentes algunas anomalías menores de desarrollo y de erupción dentaria.
Algunas de las características comunes y  consideradas normales en la cavidad bucal del neonato, se hacen presentes y desaparecen, pero igualmente ameritan de un control periódico hasta su desaparición, otras reflejan una patología que debería ser diagnosticada a tiempo para planificar su oportuno tratamiento.  Lesiones nodulares en el rodete o en el rafe medio, como perlas de Epstein y nódulos de Bohn,  pliegue o cordón  de Magitot en el rodete inferior, inserciones bajas del frenillo labial o lingual, una posición distalizada de la mandíbula, pudieran representar manifestaciones normales, sin embargo, los dientes neonatales, queilopalatoquisis, quiste gingival, entre otros, reflejarían alteraciones que ameritan un manejo clínico.
Neville y col(4) refieren que  tanto las perlas de Epstein como los nódulos de Bohn son considerados quistes de inclusión. Las perlas de Epstein son descritas como pequeños nódulos de color blanco, que se pueden ubicar en el límite del paladar duro y blando, en el rafe medio e incluso en el paladar blando;  su origen pudiese provenir de restos epiteliales de células salivales atrapadas al crecer el feto
 Los nódulos de Bohn son lesiones similares pero en una ubicación distinta,  distribuidos a lo largo de la zona vestibular  y palatina del reborde alveolar, histológicamente se consideran restos de tejido glandular. El cordón fibroso de Robin Magitot se puede observar en ambos rodetes sobre la región de los incisivos y caninos, como un cordón fibroso que está bien desarrollado en el recién nacido que después va desapareciendo, siendo un factor indicativo del momento de erupción cuando ocurre la desaparición parcial o total del mismo. (1) La presencia de un frenillo labial superior persistente en la poción interna y media del labio superior, que lo une a la papila palatina se presenta en más del 50% de los recién nacidos, un diente neonatal, son descritos como aquellos órganos dentarios que aparecen en la cavidad bucal en las primeras semanas de vida (1)
Para la Queilopalatosquisis conocido como Labio Paladar Hendido, se utiliza la ortopedia precoz del maxilar la cual fue iniciada en Londres por Mc Neil en el año 1954 cuando diseñó una placa ortopédica de dos aletas articulares que presionan los hemipaladares para corregir los segmentos maxilares. Mostró la alineación prequirúrgica temprana del arco superior en lactantes y también influyó en el crecimiento a nivel de las apófisis palatinas disminuyendo el ancho de la hendidura del paladar duro, gracias al contacto de la placa que guía y estimula el crecimiento5.
Santos, Guerra, Reyes y Vásquez (6) en San Luis Potosí - México, en su estudio de 552 neonatos  encontraron un total de 479  manifestaciones bucales (86,77%), identificando un  53% (254) como perlas de Epstein, un 44,68% (214) con quistes gingivales y el 2,32% restante correspondió a épulis congénito, labio y paladar hendido y otras alteraciones.
Palomino y Aguilar(7) examinaron 235 recién nacidos vivos encontrando una alta frecuencia de Perlas de Epstein (73,6%)  Ponce y cols(8) indican una frecuencia de 40% de quistes de inclusión. Dinis, Ciamponi, Correa(9) reportan en su estudio que la mandíbula distalizada se encontró en un 96,7%,  el frenillo labial superior persistente en un 92,2%, la sobremordida en un 70,6%, las anomalías de desarrollo como quistes de mucosa oral estaban presentes en un 64% y  un 61,7% de los neonatos presentaron rodetes gingivales irregulares.
Correa, Villena y Frascino(4) refieren en su estudio de 70 nenonatos, un 95,7% de frecuencia de mandíbula distalizada, un 91,4% de sobremordida, 41,4% con quistes de la mucosa oral (28,5% quistes alveolares y 12,9% quistes del paladar), apenas 1 de los evaluados presentó diente neonatal equivalente a los incisivos centrales inferiores.
Ming-Huil y Wen Hsi(10) en Taiwan indican que la prevalencia de quistes en los neonatos es de 94%. (nódulos de Bohn y perlas de  Epstein)  De Figueiredo y col.(1) observaron que la frecuencia de los dientes neonatales es de 1/2000 nacimientos, son generalmente de serie normal (95%) y solamente 5% de ellos  son supernumerarios, siendo más frecuentes en las niñas que los niños.
Figuereido1 y col 2000, indican una visita en la etapa prenatal para educación de los padres, aspectos generales de la maternidad con relación a la formación de los dientes, dieta materna, aspectos dietéticos que intervienen en la  formación de buenos dientes F .Ca. Vit. A,,D terapéutica profesional y esclarecer época correcta de primera visita


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