Actualmente la odontología debe ser abordada desde el recién nacido, puesto que su boca presenta manifestaciones estructurales propias para su edad1 o alteraciones a veces no descritas en la literatura, bien sea por trastornos propios y otras por reflejo de patologías generales2, características que en ocasiones pasan desapercibidas por la mayoría de los profesionales de la salud.
Correa, Villena y Frascino(3)
enfatizan la importancia del conocimiento de las características de la cavidad bucal del recién nacido, para
poder detectarlas clínicamente, puesto que son frecuentes algunas anomalías
menores de desarrollo y de erupción dentaria.
Algunas de las características comunes
y consideradas normales en la cavidad
bucal del neonato, se hacen presentes y desaparecen, pero igualmente ameritan
de un control periódico hasta su desaparición, otras reflejan una patología que
debería ser diagnosticada a tiempo para planificar su oportuno
tratamiento. Lesiones nodulares en el
rodete o en el rafe medio, como perlas de Epstein y nódulos de Bohn, pliegue o cordón de Magitot en el rodete inferior, inserciones
bajas del frenillo labial o lingual, una posición distalizada de la mandíbula,
pudieran representar manifestaciones normales, sin embargo, los dientes
neonatales, queilopalatoquisis, quiste gingival, entre otros, reflejarían
alteraciones que ameritan un manejo clínico.
Neville y col(4) refieren
que tanto las perlas de Epstein como los
nódulos de Bohn son considerados quistes de inclusión. Las perlas de Epstein
son descritas como pequeños nódulos de color blanco, que se pueden ubicar en el
límite del paladar duro y blando, en el rafe medio e incluso en el paladar
blando; su origen pudiese provenir de
restos epiteliales de células salivales atrapadas al crecer el feto
Los nódulos de Bohn son lesiones similares
pero en una ubicación distinta,
distribuidos a lo largo de la zona vestibular y palatina del reborde alveolar,
histológicamente se consideran restos de tejido glandular. El cordón fibroso de
Robin Magitot se puede observar en ambos rodetes sobre la región de los
incisivos y caninos, como un cordón fibroso que está bien desarrollado en el
recién nacido que después va desapareciendo, siendo un factor indicativo del
momento de erupción cuando ocurre la desaparición parcial o total del mismo.
(1) La presencia de un frenillo labial superior persistente en la poción
interna y media del labio superior, que lo une a la papila palatina se presenta
en más del 50% de los recién nacidos, un diente neonatal, son descritos como
aquellos órganos dentarios que aparecen en la cavidad bucal en las primeras
semanas de vida (1)
Para la Queilopalatosquisis conocido
como Labio Paladar Hendido, se utiliza la ortopedia precoz del maxilar la cual
fue iniciada en Londres por Mc Neil en el año 1954 cuando diseñó una placa
ortopédica de dos aletas articulares que presionan los hemipaladares para
corregir los segmentos maxilares. Mostró la alineación prequirúrgica temprana
del arco superior en lactantes y también influyó en el crecimiento a nivel de
las apófisis palatinas disminuyendo el ancho de la hendidura del paladar duro,
gracias al contacto de la placa que guía y estimula el crecimiento5.
Santos, Guerra, Reyes y Vásquez (6)
en San Luis Potosí - México, en su estudio de 552 neonatos encontraron un total de 479 manifestaciones bucales (86,77%),
identificando un 53% (254) como perlas
de Epstein, un 44,68% (214) con quistes gingivales y el 2,32% restante
correspondió a épulis congénito, labio y paladar hendido y otras alteraciones.
Palomino y Aguilar(7) examinaron
235 recién nacidos vivos encontrando una alta frecuencia de Perlas de Epstein
(73,6%) Ponce y cols(8)
indican una frecuencia de 40% de quistes de inclusión. Dinis, Ciamponi, Correa(9)
reportan en su estudio que la mandíbula distalizada se encontró en un
96,7%, el frenillo labial superior
persistente en un 92,2%, la sobremordida en un 70,6%, las anomalías de
desarrollo como quistes de mucosa oral estaban presentes en un 64% y un 61,7% de los neonatos presentaron rodetes
gingivales irregulares.
Correa, Villena y Frascino(4)
refieren en su estudio de 70 nenonatos, un 95,7% de frecuencia de mandíbula
distalizada, un 91,4% de sobremordida, 41,4% con quistes de la mucosa oral
(28,5% quistes alveolares y 12,9% quistes del paladar), apenas 1 de los
evaluados presentó diente neonatal equivalente a los incisivos centrales
inferiores.
Ming-Huil y Wen Hsi(10) en
Taiwan indican que la prevalencia de quistes en los neonatos es de 94%.
(nódulos de Bohn y perlas de Epstein) De Figueiredo y col.(1) observaron
que la frecuencia
de los dientes
neonatales es de 1/2000 nacimientos, son generalmente de serie normal (95%) y
solamente 5% de ellos son
supernumerarios, siendo más frecuentes en las niñas que los niños.
Figuereido1 y col 2000,
indican una visita en la etapa prenatal para educación de los padres, aspectos
generales de la maternidad con relación a la formación de los dientes, dieta
materna, aspectos dietéticos que intervienen en la formación de buenos dientes F .Ca. Vit. A,,D
terapéutica profesional y esclarecer época correcta de primera visita
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